SALPICADURAS DE TARDES LLUVIOSAS

No recuerdo exactamente el momento en que te conocí, bueno, en que nos presentaron porque ya te había visto muchas veces por ahí, aunque nunca me fijé en ti, te confieso. Recuerdo que era diciembre y que la brisa deliciosa que invade la ciudad en ese mes había llegado; no me puse nerviosa cuando te di la mano, ni bromista, ni me sonrojé, pero sí que me gustaste al instante. Seguir leyendo «SALPICADURAS DE TARDES LLUVIOSAS»